Dinah Salama

Ilustración

Una raya en el agua

por: Dinah Salama.
Una raya en el agua,/ eso es lo que yo quisiera, / que este pincel pintara.

La pintura habla de quietud y silencio. Los que pintamos estamos acostumbrados a esa curiosa sensación de que el tiempo de detenga... Sé la hora en que empieza mi jornada (calentando pinceles, preparando los colores, casi siempre recogiendo el caos del día anterior), pero nunca a qué hora termina, ni puedo contabilizar lo que entre una cosa y otra pasa. Siento que a mi izquierda queda la soledad y a mi derecha, lo mismo; me voy empapando del silencio y esa mudez del mundo me hace concentrarme en el color. No existe la belleza o la fealdad en sí. Todo es cuestión de relaciones, de medidas: un tono en función de otro, un color apoyando o matizando al de al lado, una red interminable de posibilidades, un resultado a veces imperceptible al ojo del espectador. Pero la milésima variación actúa, haciendo que el cuadro resulte más armonioso o que se descomponga. Cada día, al llegar al estudio, los colores me son extraños, se me escapan, como si a lo largo de la noche y amparados en la oscuridad, se hubieran sublevado, y tengo que conquistar de nuevo su misterio. Al final, cuando todo está ya sucio y mezclado es cuando el color empieza a funcionar.

Consideraciones acerca de mi pintura. Madrid, 7 de mayo de 2007.